Hoy te escribo con la intención de hacerte ver el poder que tiene tu pensamiento y de abrirte los ojos en algunos aspectos de la vida que posiblemente no tengas tan presentes.
Comencé escribiendo esto queriendo hablar del poder del pensamiento y de la credibilidad que le das a tu ser, pero sin querer terminé desviando el tema hacia el libre albedrío, lo cual me agradó.
¿Alguna vez has escuchado de la metafísica? ¿El libro “El secreto” o “El alquimista”? Seguramente has escuchado la frase de “eres lo que piensas”. Sí, me refiero a toda esa corriente que asegura que atraes lo que quieres. A los escépticos les digo que hay algo de razón en esto y me doy cuenta de que todas esas frases (“querer es poder”, “para ser hay que parecer”) tienen algo en común. Sabes a lo que me refiero, detrás de todas esas frases se esconde el poder del pensamiento y la credibilidad en uno mismo.
Las personas tenemos muchos candados en el cerebro, codificaciones que se fueron creando a medida que vamos creciendo, tal vez nos lo enseñaron nuestros padres, tal vez la sociedad o tal vez la vida. Son como el guión de nuestra película, el cuál cumplimos sin darnos cuenta de un modo inconsciente. Ejemplo de esto es vivir el estándar de vida actual y que la sociedad tiene establecido como el “deber ser” y que a grandes rasgos es:
- Termina los estudios básicos
- Estudia una carrera (papelito habla)
- Trabaja
- Cásate
- Hijos
- Sigue trabajando
- Retírate
- Disfruta los nietos
Y no me refiero que hay algo malo con vivir una vida de esta manera, sino vivirlo automáticamente o por default, sin darte cuenta de que tienes otras opciones y que la vida esconde muchísimas otras posibilidades. No es fácil romper con esos mapas mentales a los que me refiero y algunas razones podrían ser:
- Incomodidad
- Miedo a ser diferente
- No querer salir de esa zona de confort
- Es más fácil porque es lo que todos hacen
Y no estoy abogando para que rompas esos candados. Lo importante aquí es ser consciente de que no tienes que vivir como la sociedad lo impone o como te enseñaron tus padres, a ellos no les debes nada y no tienes por qué sentirte con la responsabilidad de cumplir con lo que tú crees que ellos esperan de ti. Y si no tienes que demostrar nada a tus papás no le tienes que demostrar nada a nadie. Tenemos que aprender a cambiar esa mentalidad desde que somos pequeños. De hecho, pienso que es de las cosas más importantes que tenemos que enseñarles a las nuevas generaciones.
Yo descubrí esto entre mis 26 y 27 años y me pregunto qué sería de mi vida si me hubiera dado cuenta de esto 10 años atrás. Me gustaría darles un empujoncito y ayudarles a ver el poder del cambio que tienen dentro, tanto del cambio personal como del cambio a otras personas, a dar ese cambio en la mentalidad.
Hay personas que si tuvieran la oportunidad de pedir cualquier deseo o fijarse una meta, desde un principio se hacen pequeños. No piden en grande cuando les dicen que puede ser cualquier deseo. Desde ahí entra el pensamiento limitante, ¿Por qué? Casos en los que se te presenta una oportunidad y la rechazas, como si tuviéramos miedo al éxito, al cambio, a lo desconocido, a las experiencias diferentes.
Hay otro tipo de personas que sí son capaces de cambiar la mentalidad y dar ese paso adelante, pero cuando se les presenta esa oportunidad se hacen pequeños, no se dan cuenta que la están obteniendo, la pasan por alto como si estuvieran vendados de los ojos, pero es la mente la que tienen vendada, no se quieren dar cuenta, en realidad es que no se la creen, no creen que sea posible. Como que tiene que pasar una reacción química en tu cerebro que prende esa chispa y recodifica el pensamiento, las neuronas se conectan de diferente manera, algunas veces tiene que llegar algún amigo o alguna persona cercana a decirte que tomes la oportunidad o des ese paso. No lo hacen por miedo al fracaso cuando en realidad fracasan desde el mismo momento que deciden no intentarlo.
Recuerdo en la oficina, cuando se acercaba navidad y el momento de hacer el típico intercambio de regalos la gente se limitaba en su lista de deseos/cosas que le gustaría que le obsequiaran. En vez de pedir algo que superara por mucho el mínimo monetario se limitaban en sus deseos, ¿por qué si el límite era un mínimo se limitaban en el máximo? Yo no me limitaba, y la verdad nunca me regalaron el tope de gama que escribía, pero este es sólo un ejemplo y habla de lo limitados que nos tiene nuestra mente. La realidad de las cosas es que nunca sabes si le tocaste a alguien que se acaba de ganar la lotería o que tal vez te quiere dar una sorpresa o ese gusto, porque le gustas, porque le caes bien o porque simplemente puede y quiere.
Tienes que pensar en grande para obtener cosas grandes, expandir la mente. Independientemente de lo que pueda resultar al final. Y no me refiero a literal cosas grandes, puede ser algo sencillo, aquí lo que importa es que no te limites. ¿Por qué piensas en lo que no puedes lograr en vez de pensar en que puedes lograr algo que nadie más ha logrado? Esto puede sonar como un ejemplo estúpido (admito que lo es), pero aplica para muchas otras cosas. Si uno no piensa en grande o en lo que realmente quiere, automáticamente te estás poniendo un límite y si hay algo a lo que no puedes ponerle un límite es a la imaginación. Ponte a pensar, si estás limitando la imaginación, ¿qué no estarás limitando en la vida en general? Con que estés consciente de esto me doy por bien servido. Si no, sigue leyendo.
El libre albedrío es lo que nos permite hacer de nuestras vidas lo que queramos. Aprovéchalo y si tienes ganas de intentar algo no lo pienses 2 veces por que la mayoría de las veces cuando la piensas la cagas. Tú eres libre de vivir con quien quieras, libre de vivir en donde quieras y como quieras. Tienes la capacidad de diseñar tu vida, así que hazlo. Nunca es tarde ¿Quieres cambiar de profesión? Adelante, toma lo que has aprendido hasta el momento y úsalo en otro lado, nunca sabes lo que puede resultar. Cambia las reglas del juego que te han enseñado.
Explota tu potencial, apaga el piloto automático, sé más presente y toma las decisiones conscientemente. Date cuenta de que puedes hacer cosas que nunca hubieras imaginado, porque sí, eres capaz de hacerlo. Visualiza tus metas y la vida que quieres como la quieres, imagínate haciendo esas cosas, imagínate que ya lo tienes, que ya lo estás obteniendo, por más bizarro que parezca. Escríbelo, dibújalo, compártelo, déjalo plasmado en el papel, disfrútalo.
Pero por favor créetelo.