Perú.

Hoy voy a escribirles sobre la amistad, y cómo a pesar de la distancia puede continuar durante muchos años.

Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar Perú y me gustaría compartir mi experiencia contigo.

Como antecedente a la historia te cuento que tengo un grupo de amigos con los que viajo cada año. Desde hace más de 10 años que no vivimos en la misma ciudad, sin embargo, hacemos un esfuerzo conjunto para juntarnos durante estos viajes. Hemos visitado Miami, Nueva York, Las Vegas, Xilitla, Tuxtla Gutiérrez y ahora Perú. 

Desde hace tiempo que veníamos comentando algún viaje a Sudamérica, algunas opciones fueron Colombia, Brasil y Argentina. Fue hasta principios de este año en el que 2 de mis amigos vinieron a visitarme y casi sin pensarlo se nos ocurrió que el viaje 2019 sería a Perú. Esto nos pasa seguido, 8 meses del año vamos proponiendo lugares a donde podemos ir, pero siempre el resultado final es por alguna decisión prematura. Al final no lo pensamos mucho, lo que planeamos no se hace y terminamos haciendo lo que no planeamos.

Este año los únicos que pudimos hacer el viaje fuimos Alan, Axel y yo.

En fin, las circunstancias se dieron para algunos de nosotros y el 25 de Mayo nos encontrábamos en el Aeropuerto de Cancún a las 4:00am en la sala de espera rumbo a CDMX, la cual sería nuestra escala hacia la ciudad de Lima.

Día 1. Cancún-CDMX-Lima-Cusco

La jornada comienza muy temprano en la mañana. Llegamos al aeropuerto alrededor de las 3:30am. Después de resolver algunos malentendidos con la reservación que por poco nos hace perder a uno de los integrantes del grupo pasamos a la sala de abordar, en la cual no estuvimos ni una hora. Sabíamos que sería un día largo y cansado con 2 vuelos domésticos y 1 internacional por lo que íbamos bien armados con libros, libretas, meditaciones, 1 cámara réflex y 2 GoPro. El vuelo Cancún-CDMX despegó a las 5:15am puntual.

Llegamos a la CDMX a las 7:00am, nuestro segundo vuelo del día estaba agendado para 3 horas después. Buscamos un lugar donde comer un desayuno y posteriormente nos dirigimos a la puerta 28 donde las pantallas del aeropuerto nos indicaban que saldría nuestro vuelo a Perú.

Atravesamos el aeropuerto, esperamos otros 20 minutos en la sala y comenzamos a abordar el vuelo de 6 horas de duración que nos llevaría a Lima. El vuelo estuvo tranquilo, no dormí, pero leí mucho. Aterrizamos a las 4:00pm para cometer la primer y única cagada del viaje.

Por recomendación de un conocido originario de Perú no compramos nuestro boleto Lima-Cusco desde antes, ya que según él había mucha disponibilidad y obtendríamos un precio accesible si adquiríamos el vuelo en el mismo aeropuerto de Lima. ¡ERROR GRANDE! No fue así, después piensas y en tu cabeza dices: “¿a quién se le ocurre?” cualquier persona sabe que la mejor manera de ahorrar en viajes es anticipando ese tipo de gastos, el punto es que al final le hicimos caso a esta persona y nos salió contraproducente. No teníamos tiempo para lamentarnos porque lo que sí teníamos era un hospedaje esperándonos en Cusco para esa misma noche, por lo que teníamos que llegar a como dé lugar. En el aeropuerto barajeamos opciones como tren, autobús (20 horas) y vuelos que iban despegando mientras nosotros hacíamos la fila para preguntar disponibilidad. Nuestro vuelo CDMX-Lima aterrizó tarde y en los mostradores ya no podían ofrecernos boletos disponibles a Cusco, preguntamos en Latam, Sky, Peruvian, Vivaaero y no encontramos nada.

En medio del caos y las prisas una mujer se me acerca y me pregunta si estábamos buscando vuelos a Cusco, yo creo que nos ha de haber escuchado a lo lejos. Se trataba de una agente de viajes. En un comienzo no me daba confianza, pero no teníamos muchas opciones, nos cotizó un vuelo muy caro pero que cumplía con nuestro principal requisito del día, llegar a Cusco. Una vez hecho el arreglo con la agente, y un poco más tranquilos nos dirigimos al mejor restaurante del aeropuerto, el “Tanta”, siendo sinceros teníamos ya mucha hambre como para juzgar la calidad de los alimentos que consumimos, sin embargo, la comida estaba genial y fue nuestro primer acercamiento a la gastronomía peruana, tema que sería recurrente en todo el viaje.

Al llegar a la sala de espera tengo que decir que parecía central de autobús en alguna ciudad de México, mucho desorden, ruido, gente, no parecía aeropuerto. Nuestro tercer vuelo del día estaba a punto de comenzar.

Hora y media después, ya habiendo aterrizado en Cusco, a un costado de las bandas transportadoras de equipaje cerramos un trato de 3 días de tours, con Sonia, una agente que nos apoyó demasiado con información sobre lo que se tiene que saber y visitar en la ciudad. Yo digo que fue un buen deal porque por 260dls gozamos de 3 días de tour, 2 de ellos con comida buffet incluida. Anteriormente yo había cotizado solamente Machu Picchu por 320dls. No lo pensamos 2 veces, incluso nosotros sólo queríamos 2 días de tour y terminamos amarrando 3. Después de una media hora de platicar con Sonia nos arregló un taxi al hospedaje. Entramos al aeropuerto de Cusco sin plan y salimos con medio viaje resuelto.

Al llegar al departamento nos instalamos, dejamos las maletas y salimos a conocer. Nuestro hospedaje estaba a unos 10 min caminando de la plaza de armas de Cusco, no era la zona más bonita, pero sí muy céntrica. Después de un día tan movido nunca pensamos que tendríamos energía para conocer un par de bares en la noche, pero la emoción de estar recién llegado a otro país después de 3 vuelos, con 7 días más de aventura por delante es difícil de contener. Y así fue como casi 24 horas después de habernos despertado en Playa del Carmen estábamos lejos y disfrutando.

Día 2. Cusco-Aguas Calientes.

Teníamos nuestro boleto de tren a Machu Picchu a las 12:30pm así que Sonia pasó por nosotros junto con Max, el chofer que nos llevaría hasta Ollantaytambo. Nos levantamos temprano para conocer los alrededores e ir a desayunar, conocimos un buen restaurante llamado “La Valeriana” donde nos atendió Gerardo.

El trayecto de Cusco a Ollantaytambo tiene una duración de 2 horas, en las cuales nos detuvimos a un mirador desde el cual es posible apreciar la mayoría de la ciudad de Cusco y recorrimos carreteras en medio de las montañas.

Panorámica de Cusco

Ollantaytambo es una de las localidades que forman parte del “Valle Sagrado”, cuenta con una zona arqueológica y mantiene la misma traza urbana desde tiempos incas. Al llegar, tuvimos algo de tiempo libre que utilizamos para comprar comida y retirar algo de dinero en efectivo.

12:15pm y estábamos abordando nuestro primer viaje de tren. Adquirimos el 360, el cual cuenta con ventana en el techo que te ofrece la facilidad para apreciar las montañas a tu alrededor en todo el recorrido. Esta opción es un poco más cara y la verdad no sentí que fuera gran ventaja tener esos quemacocos, normalmente llegas tan cansado que te quedas dormido, sin mencionar que las ventanas laterales (las cuales también tiene el tren económico) son de buen tamaño y permiten una buena visibilidad.

El viaje es agradable, con servicio de comida y con un vagón al aire libre, muy útil para estirar las piernas y sentirte en medio de la naturaleza mientras disfrutas el recorrido, o también para tomar fotografías sin un cristal que se interponga entre las montañas y la cámara.

Meses antes del viaje, fue común la confusión entre nosotros acerca de cómo llegar a Machu Picchu. Por supuesto que investigamos y preguntamos referencias, pero muchos detalles diferían entre las diversas fuentes, que si tienes que tomar un tren en la ciudad de Cusco, que si el tren lo tomas desde otra ciudad, horarios de salida del tren, disponibilidad de boletos, la verdad es que nunca hubo claridad. A los interesados en visitar la antigua ciudad Inca les contaré nuestra experiencia y lo que entendí ya estando en Perú. Espero no ser otra fuente confusa más y los que tengan alguna pregunta más allá de lo que escribo aquí siempre me pueden mandar un correo o escribir un comentario.

Para las personas que no están familiarizadas con la logística de llegada tienes que saber que el punto exacto de salida y acceso a Machu Pichu se encuentra en una población llamada Aguas Calientes o Machu Picchu pueblo, lo que normalmente hace la gente es que llega un día antes para descansar y a primera hora del día siguiente comenzar la subida a la ciudadela. Hay quien hace todo el trayecto ida y regreso desde Cusco en un solo día, pero sinceramente no lo recomiendo, siento que es muy apresurado y que pasarías más tiempo en trayectos de un lugar a otro que lo que vas a estar en la ciudadela per se.

Hay 3 formas de llegar a Aguas Calientes, por tren, por auto y caminando. En tren tardas 2 horas saliendo de Ollantaytambo el cual está a 2 horas de Cusco en auto, tiempo total 4 horas. Me cuesta trabajo comparar Aguas Calientes con algún otro lugar en el que haya estado antes. La población está tan cerca de las montañas que no está muy claro dónde termina el poblado y dónde empieza la montaña. El sólo hecho de construir ahí debe ser interesante logísticamente hablando. Vivir en Aguas Calientes debe ser mágico, como un pueblo mágico mexicano. Es de lo más bonito que he conocido, la “ciudad entre las montañas” en toda la extensión. La ciudad es totalmente caminable, siempre con la potencia del paisaje presente.

Aguas Calientes desde el hotel

Nuestro hospedaje se encontraba en el centro, a pocos metros de la estación de trenes.

Uno de los puntos de interés dentro del pueblo son las termas, que ahora que lo pienso pueden ser una de las razones por las cuales al pueblo se le llama Aguas Calientes, la verdad no lo sé. Al final del día cenamos en un buen restaurant que recomiendo llamado Full House.

Regresando al hospedaje nos encontramos con Anahí, quien nos explicó la logística de subida a la ciudadela. Fue ahí cuando al momento de descargar nuestro boleto nos dimos cuenta de que habíamos pagado la subida a montaña Machu Picchu, el cuál es el punto más alto del centro arqueológico. La dinámica sería subir la montaña Machu Picchu y después de eso hacer el recorrido guiado dentro de la ciudadela.

Volviendo con los tiempos de llegada, escuché que en auto tardas 11 horas y para llegar a pie tardas 4 días, en un recorrido que le llaman el “camino Inca”, un trayecto por las montañas que según lo que escuchamos es una de las rutas originales que los Incas utilizaban para comerciar entre las distintas ciudades.

Así que si tienes planeado visitar Machu Picchu ten en cuenta estos tiempos. Lo más probable es que termines haciendo lo mismo que hicimos nosotros, la opción del tren es lo más fácil y lo que la mayoría hace. Si no mal recuerdo el boleto de tren desde Ollantaytanbo cuesta unos 80 soles peruanos (con 1 dólar pudimos comprar 3.20 soles, al tipo de cambio que tuvimos durante el viaje).

Ya estás en Aguas Calientes, tienes 2 opciones para subir la montaña hacia la ciudadela:

  1. En autobús. Todos los días a las 5am empiezan a salir en intervalos de 15min. Llegar a la cima te toma 30 minutos.
  2. Caminando. Esto fue lo que hicimos nosotros y tardas de 1 a 2 horas, depende de qué tan buena condición tengas. Nosotros hicimos 1:15, la verdad es que subestimamos el clima y la altura, creímos que sería más sencillo.

Día 5. Machu Picchu. Aguas Calientes-Cusco

Despertamos a las 4:30am y nos preparamos para empezar a subir media hora después. Como les comenté, hay camiones que te suben hasta la entrada principal del centro turístico con un costo de 12 dls por viaje, pero nosotros decidimos subir caminando. Subida que normalmente se hace en 2 horas nosotros la completamos en 1:15. El acceso a Machu Picchu que adquirimos era a las 7am y tienes una ventana de 1 hora para entrar. Si no estás en la entrada de Machu Picchu en el tiempo de gracia de 1 hora que te dan pierdes toda oportunidad de acceso.

Nosotros llegamos un poco antes de las 7am, por lo que tuvimos que esperar algunos minutos para después continuar subiendo a la “Montaña Machu Pichu. La cima está a 3,061 m.s.n.m. y subimos unos 2,600 escalones. Para las 8:30am ya estábamos arriba. La sensación de victoria y éxito es indescriptible, después de comer un par de frutas y tomar algo de agua comenzamos el descenso.

Como era de esperarse la bajada es más rápida. El proceso que nos indicaron para encontrarnos con el guía fue bajar la montaña, salir de Machu Pichu y volver a entrar a las 11:00am. La guía se llama Liz y era buena conocedora de toda la cultura Inca. 1:15.

Nuestro tren de regreso a Ollantaytambo partía a las 4:00pm, por lo que en realidad solamente estuvimos medio tour en la ciudadela. Tuvimos que comenzar el descenso de la montaña a las 2:00pm para poder estar a las 3:00pm en el hostal recogiendo nuestras maletas. Ya en la estación por poco y perdemos el tren de regreso, al parecer el “tren inca” no anuncia las salidas por las bocinas.

En el recorrido de regreso conocimos a una canadiense muy interesante, específicamente de la ciudad de Quebec. Tuvimos una conversación muy rica en cultura, hablamos de política, viajes, costumbres, idiomas y familia.

2 horas después, al llegar a Cusco, yo quería ir al mercado y comprar un par de regalos para la familia, sin embargo, al mismo tiempo teníamos que encontrarnos con Antonino, el host de nuestro 3er hospedaje en Perú. Me puse de acuerdo con Uriel para que me dejara en el mercado mientras que Alan y Axel buscaban a Antonino y les entregara las llaves del departamento. Yo no encontré lo que quería comprar ni ellos el departamento.

Me regresé a buscarlos cerca del departamento, pero no pude encontrarlos, mientras tanto, tuve la suerte de encontrarme con Antonino, el cual me dio una breve explicación y la introducción del departamento. Un poco preocupado intenté contactar a mis amigos. Utilicé el internet del departamento para dejarles un mensaje, esperando que ellos pudieran conectarse en algún café o restaurante cerca y nos podamos encontrar dentro de poco. Salí a buscarlos y di un par de vueltas a la plaza de armas, la cual está a unos cuantos pasos. No los encontré, pero vi que la plaza cuenta con wifi gratis 15 minutos y me volví a conectar para revisar si habían podido leer mi mensaje. Se habían parado en un restaurante a cenar. Los alcancé caminando y cenamos después de un tremendo día de aventuras, 3 ciudades y 26 kilómetros caminados a pie.

El departamento de Antonino.

Día 6. Valle Sagrado

Nuestro tour a Valle Sagrado comenzó a las 7:00am. Después de un par de complicaciones el guía encontró nuestro hospedaje. Comenzamos con las áreas de exploración científica de los Incas llamada Moray. Se tratan de unos muros de contención escalonados con gran aplicación constructiva y científica que los Incas desarrollaron para plantar y estudiar diversas especies de plantas.

Moray

Continuamos el tour con las minas de sal. Se trata de unas 5,000 pozas donde se aprovecha el agua de un manantial con una cantidad salina superior a cualquier otra fuente de agua cercana. La manera de hacerlo es que dirigen el agua directamente a las pozas con un ingenioso sistema de canales a manera de ramal, en el cual van cerrando o abriendo los canales a conveniencia para ir llenando las pozas. El paisaje y la magnitud del lugar es impresionante. Una de las recomendaciones del viaje.

Minas de sal

Continuamos el tour a Ollantaytambo para visitar otro sitio arqueológico el cual, según nuestra guía es más atractivo que Machu Picchu. Tan atractivo que decidí no compartir fotografías.

La última parada fue Pisaq, otro asentamiento con impresionantes áreas de plantado similares a las observadas en Moray, aquí el atardecer complementó de buena manera las fotografías.

El retorno a Cusco duraría hora y media. Es después de este día que me entra la curiosidad de leer e investigar más acerca de los Incas, inclusive estoy pensando comprarme el libro de Hiram Bingham, explorador al cual se le atribuye el descubrimiento de la actual Machu Picchu.

Día 7 Montaña 7 colores.

3er día en el Cusco.

La jornada comienza a las 4:30am. El transporte, (esta vez con mejor comunicación) nos encontró fácil y rápidamente.

El trayecto en auto a la “montaña de los 7 colores” fue de más de 2 horas. A la mitad del recorrido nos detuvimos a desayunar en un pueblo, el cual para serles sinceros no recuerdo el nombre. Una vez que llegamos a la montaña se nos entregaron unos palos de escoba a manera de bastones. En un principio pensé que el guía estaba exagerando, pero más tarde les explicaré por qué me terminé tragando mis palabras.

El recorrido de subida a pie dura 2 horas. El 80% del trayecto es prácticamente plano, sin complicaciones, lo difícil comienza cuando llegas al 2do campamento, desde el cual puedes ver la cima claramente. Fácilmente puedo decir que este es mi ascenso más complicado hasta la fecha. Ahora es cuando entiendes la utilidad del bastón. La subida se torna realmente difícil, la falta de oxígeno y el cansancio acumulado hace cada vez más difícil llegar a la cima, sin embargo, ver cualquier cantidad de personas  que hacen el mismo esfuerzo, crean una reacción en cadena motivacional.

Está de más decir que el sentimiento de llegar a la cima es incomparable. Quisimos llegar rápidamente para poder estar de más tiempo en la cima. Creo que logramos estar un poco menos de 1 hora. Algunas fotos y una sesión de meditación después Jeferson (nuestro guía) nos comunica que es tiempo de bajar. No sin antes poner el sello de la montaña en nuestros pasaportes. Justo a un lado del sello de Machu Picchu. En ese momento Jeferson nos comunicaba que el verdadero reto comienza a la bajada. Y estaba totalmente en lo cierto. Creo que pasa algo similar a cuando buceas, estás en la profundidad y sales a la superficie rápidamente.

Bajamos tan rápido y sin detenernosa descansar que cuando llegamos al transporte sentimos un cansancio tremendo, fácilmente puedo decir mayor que el de Machu Picchu, todo dado por la altura en la que nos encontrábamos, unos 5,036 m.s.n.m. Recuerdo que el trayecto de regreso al restaurante estuvo criminal, de por sí es un camino difícil y sin pavimentar, tiene muchas curvas, a eso agrégale la pendiente, criminal.

Montaña de los 7 colores

Recuerdo estar muy mareado, pero una vez llegamos al restaurant la comida me revivió. Después de aprovechar el buffet el trayecto de regreso a Cusco fue de otras 2 horas, sin pena ni gloria, todos dormidos.

Llegamos a Cusco tuvimos tiempo de tomar un baño y salir a cenar/tomar un café. Nos dormimos temprano ya que nuestro vuelo Cusco-Lima salía a las 7:00am. Motivados y listos para la aventura que se nos venía en lo que comenzó a ser nuestro viaje de regreso a México.

Esos momentos que pasamos en el café sirvieron para planear nuestra visita a Ica, fue algo que no teníamos pensado y sólo se había comentado informalmente, pero como esa es nuestra manera de viajar reservamos hotel en ese mismo momento y revisamos los tickets del autobús que teníamos que tomar una vez que llegáramos a Lima.

Al final del día habíamos planeado otro gran capítulo de nuestro viaje que estaba a punto de comenzar.

Día 8 Cusco-Lima-Ica

Tal vez me quedé con ganas de estar más tiempo en Lima, en realidad sólo fue temporal y lo usamos como escala para llegar a otros destinos.

Llegamos muy temprano a Lima y tomamos un taxi a la estación de autobuses, trayecto el cual corría por una de las zonas peligrosas y no recomendadas para andar como turistas en la capital peruana. (buscar video de cuando estábamos en el taxi) Al momento de llegar a la estación el autobús estaba a punto de salir, compramos los boletos lo más rápido que pudimos y en menos de 10 minutos a partir de que llegamos ya estábamos en el recorrido de 5 horas a la ciudad de Ica, con destino final a Huacachina.

Paisaje del trayecto Lima-Ica

Una vez en Ica y después de habernos bajado del autobús pedí información de tours al primer agente que vimos y 10 minutos después ya estábamos en su auto de camino a nuestro hotel en Huacachina.

El paisaje impacta, las dunas de arena tan cerca de la ciudad te hacen recordar el desierto del Sahara, claro en imágenes porque ninguno de nosotros 3 ha estado ahí.

El hostal donde nos hospedamos era realmente agradable, una fusión entre centro comunitario y oasis en el desierto. Esparcidos por el hostal habían salas comunes, bar, restaurante, hamacas y cualquier cosa que te hiciera sentir como en casa. Casi como una comunidad hippie.

Dejamos el equipaje y era justo el tiempo de salir hacia el tour por las dunas del desierto.

Esto fue de lo mejor en todo el viaje, haciéndole competencia a Machu Pichu, Perú seguía sorprendiéndonos y nosotros seguíamos disfrutando.

Ya por la noche de ese mismo día aprovechamos para ir a un bar cercano y disfrutar un poco de la buena pero limitada vida nocturna.

Día 9 ICA tour de vinos

Claramente los hostales no son para cualquier persona, aparte de compartir habitación y baño tienes que asegurar tus objetos de valor en un casillero, no puedes confiar en nadie, aunque yo sí confié en una holandesa que llevaba viajando 6 meses por Sudamérica, nosotros llevábamos una semana y ese era nuestro último día.

Hoy aprovechamos el tour de vinos y pisco que el hospedaje nos tenía preparado. Nos llevaron a una planta de producción, conocimos todo el proceso y degustamos diferentes tipos y estilos, el catador incluso nos enseñó “LA” técnica con la cual puedes tomar ilimitadamente sin que el alcohol se te suba a la cabeza.

Al regresar al hostal era momento de hacer checkout, a pesar de que nos quedaba una noche más en Huacachina decidimos movernos al hotel de enfrente, para tener otra experiencia y sinceramente por que a simple vista parecía mejor. La verdad es que no aprovechamos porque estábamos tan cansados que sólo pasamos la tarde durmiendo, por la noche salimos a cenar a una pizzería, al día siguiente tendríamos que estar despiertos temprano para regresar a Ica y tomar nuestro autobús de regreso a Lima

Día 10. Ica-Lima-CDMX

El día de hoy comenzó a las 6:30am con la alarma de mi celular. Nos preparamos para salir a las 8:30am en un autobús rumbo a la ciudad de Lima, dando así por iniciada nuestra travesía de regreso a Cancún.

¡Nuestro transporte pasaría por nosotros a las 8:00am! Misma hora que empiezan a servir el desayuno en el hotel. Los cocineros llegaron tarde y no pudimos obtener más que un jugo de fruta. Aún y a pesar de que nuestro taxi llegó 8:10am.

Llegamos a la estación de bus de Ica 10 min antes de que el autobús arrancara y la pizza que nos quedó del día anterior la terminamos regalando al maletero. 5 horas y 2 películas después, ya en Lima nos subimos a un taxi que nos cobró 40 soles y tardó un poco más de 1 hora en llevarnos al aeropuerto. Es aquí cuando confirmo que Lima no es la ciudad más bonita y limpia que haya visto, aparte la gente maneja tremendamente mal.

Llegando al aeropuerto fuimos al mismo restaurant al cual habíamos ido 5 días antes, el “Tanta”, donde cenamos la última sopa criolla del viaje. Pasamos el control de seguridad y esperamos unos minutos en la sala “24” antes de abordar el vuelo. En el avión me la pasé escribiendo gran parte de este texto y anotando algunos highlights de unos libros que me llevé. Llegamos a la CDMX alrededor de las 11pm. Otra vez, fue un día de 3 ciudades, 1 autobús, 2 aviones y mucha experiencia.

Día 11. CDMX-Playa del Carmen

Dormimos en el aeropuerto, en la sala de espera y con nuestra maleta como almohada, poniendo nuestra alarma a las 5am para no perder el abordaje del vuelo a Cancún. Sinceramente no recuerdo a qué hora exactamente aterrizamos en Cancún pero eso es lo que menos importa, lo importante es que se logró la meta del viaje, todo estuvo excelente, pasamos un buen momento y tuvimos experiencias inolvidables.

Día 12 Playa del Carmen-AUSTIN

Hora de la verdad y es momento de regresar a Austin, estuve menos de 24 horas en la ciudad que me vio crecer y estoy por abordar el penúltimo vuelo del viaje. Me espera una escala rápida en la ciudad de México y llegaré a las 12pm a Austin. Directo a descansar que regreso a trabajar mañana.

Con esto termina uno de los mejores viajes de mi vida, el cuál refuerza mi gusto por conocer otras partes del mundo, y así como también otras culturas y personas. Ahora no nos queda otra opción que empezar a planear el siguiente viaje.

P. D. : Posteo esto desde el primer Starbucks que escucho que tiene reggaetón en su playlist.

Published by Sergio Reza

My name is Sergio Reza and I’m a 30-year-old architect/photographer from the Riviera Maya living in Austin, Texas. I find through photography a showcase for creativity and I design my life in accordance to my personal goals and beliefs For me, time is the most valuable thing in life, that’s why I divide it between architecture and photography trying to achieve the perfect equilibrium. My images reflect my personality and oscillate topics like architecture, street, and portrait. I find inspiration in music, books, travel, friends and everyday life. I’m always looking for collaborations with interesting people, feel free to contact me so we can meet and have a nice conversation.

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